Archivo abril de 2015

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FOBIA SOCIAL: ¿qué es y cómo se genera?

Una de las características de aquellas personas que padecen fobia social es el miedo al ridículo. Este puede aparecer cuando hablan con otras personas u ocupan el centro de atención. En situaciones que resultan embarazosas, al igual que al ser evaluados, tienden a ponerse nerviosos y como consecuencia de ello aparecen reacciones fisiológicas como: palpitaciones, tartamudez, temblor, sudoración…

Por este motivo, los afectados, tratarán de evitar aquellas situaciones que consideran adversas.Temen que se perciba su miedo, que fracasen y como consecuencia no conseguir la aprobación de los demás.

Pese a ello, no podemos atribuir fobia social a todas las personas que en alguna ocasión han padecido estos síntomas. Para ello habrá que atender a la intensidad con la que la persona vive esos momentos.

De cara a la intervención, se recomienda que las terapias se realicen de forma individual. Los buenos resultados obtenidos gracias a una terapia personalizada o individual se deben al grado de intensidad e implicación con el que se tratan tanto las ideas como la forma de conducta asociada a ellas. Así mismo, una terapia grupal puede llegar a cohibir a sus integrantes.

La mayoría de las personas que cursan fobia social creen que actúan con torpeza cuando están delante de otras. Esto no es del todo cierto. Sólo una parte de ellos carece de habilidades sociales.

Una de las tareas más importantes de cara al tratamiento será trabajar sobre las expectativas distorsionadas de los fóbicos sociales. En este sentido, no es la situación la que desencadena el miedo, sino la valoración de la misma la que determinara la vivencia del hecho.

¿COMO SE GENERA UNA FOBIA SOCIAL?

En el curso de una fobia social, según Christiane Gelitz, intervienen diferentes factores. Entre ellos:

FAMILIA: Los hijos tienden a reaccionar como lo hacen sus padres. Estos son un modelo para ellos. Así mismo, en el hogar, se pueden adquirir deficiencias en cuanto a competencia social.

ACTIVIDAD CEREBRAL: El sistema de alerta, que se encarga de avisar sobre los peligros, se encuentra activado en exceso. De ahí la sensibilidad para catalogar la mayoría de las situaciones como amenazantes para la propia persona.

PERSONALIDAD Y COMPETENCIA: tienden a tener una baja autoestima y suelen formase una imagen negativa de sí mismo.

ESTRÉS: Si alguien con los antecedentes mencionados, entra en una fase importante del desarrollo, como la pubertad, en la que se tienen muy en cuenta la opinión de los otros, entonces es probable, que presenten en algún momento una primera experiencia negativa.

Alfonso Coscolla García

Psicólogo

Equipo ILD Psicología