LA IMPORTANCIA DE VER MÁS ALLÁ DE LA PATOLOGÍA

Un error relativamente frecuente entre los profesionales de la salud que trabajan con población infantil (ya sean éstos pediatras, psiquiatras, psicólogos, pedagogos, logopedas, etc.) es el de centrarse en las limitaciones que acompañan al niño, dejando de lado sus puntos fuertes o sus capacidades reales de aprendizaje. Esto ocurre especialmente en el caso de las alteraciones graves, como el autismo.

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que entraña importantes déficits en las áreas de la comunicación, la interacción social y el comportamiento. Los niños que lo sufren presentan dificultades de adaptación familiar, escolar y social, a lo largo de todo el ciclo vital. En todos los casos requieren algún tipo de tratamiento y, normalmente, el pronóstico es poco esperanzador.

Por ello, es comprensible que las personas que trabajan con niños autistas focalicen su atención en las áreas problemáticas, olviden que existen distintos grados de afectación y obvien que, muchas veces, los autistas son personas muy capaces que nos pueden sorprender.

Tal es el caso de Paula Aniston, una chica canaria de 33 años con síndrome de Asperger, que ha escrito un cuento destinado a compartir con los demás qué se siente teniendo autismo.

Ejemplos como el de Paula Aniston sirven para recordar que centrarse en exceso en las limitaciones de los niños con dificultades puede frenar su capacidad de desarrollo, al no trabajarse las habilidades preservadas. Por lo tanto, los profesionales deben atender al niño en su globalidad y valorar tanto los aspectos en los que muestra dificultad como aquéllos en los que su desempeño es mayor. De este modo, estarán en mejor disposición de favorecer sus aprendizajes, sus capacidades reales de logro y, en definitiva, su adaptación.

Carmen Manteca Merino

Psicóloga

EQUIPO ILD Psicología

Aquí os dejamos el relato:

El reino de las Hadas – Paula Aniston

Había una vez dos niñas llamadas Johanna y Alejandra. Johanna tenía ocho años y Alejandra nueve años. Alejandra y Johanna tenían síndrome de Asperger y no tenían amigos. El síndrome de Asperger es un trastorno del espectro autista que dificulta las relaciones con los demás.

Todos los niños se reían de ellas y lo pasaban muy mal. Vivían en una casa con un bonito jardín y estaba cerca del río. Las niñas se pasaban largas horas en el río jugando. Un día estando en el río vieron algo en las rocas. Era una pequeña hada, tenía las alas de color azul y el pelo de color rosa y se llamaba Titania. Esa pequeña hada era en realidad Titania, la reina de todas las hadas del bosque.

-¿Cómo os llamáis, niñas?-preguntó Titania.

-Yo Alejandra y yo Johanna-contestaron las niñas.

-¿Y tú cómo te llamas?-preguntaron las niñas.

-Yo me llamo Titania y soy la reina de las hadas del bosque-contestó.

- ¿Queréis que os enseñe mi reino?-preguntó Titania.

- Por supuesto-contestaron las niñas.

Entonces Titania y las niñas se fueron al reino de las hadas. Cuando llegaron al reino de las hadas se dirigieron al castillo de Titania, las niñas estaban encantadas viendo lo hermoso que era el castillo y el reino de las hadas. Todo era muy diferente, el cielo era de color violeta, las montañas eran de color rosado, el agua del río era del color del cielo violeta. En el castillo, la reina les había preparado un comité de bienvenida con manjares de comida y un baile.

Titania habló con las niñas y les dijo:

-Os he traído aquí porque vosotras sois las únicas que podéis derrotar al hombre que quiere destruir nuestro reino, con vuestro poder lograréis que el hombre no destruya nuestro reino-dijo Titania.

-¿Qué poder?-preguntaron las niñas.

-El poder de vuestro corazón. Vuestro corazón es tan puro y limpio que su poder hará que nuestro reino no sea destruido- dijo Titania.

-¿Qué tenemos que hacer?-preguntaron las niñas.

-Tenéis que ir a la montaña sagrada a hablar con él. Aquí tenéis el mapa, tened cuidado, partiréis al amanecer -dijo Titania.

-No te preocupes, nosotras haremos que no destruya el reino, hablaremos con él -dijeron las niñas.

-Sé que lo lograréis, confío en vosotras-dijo Titania.

Al amanecer las niñas partieron hacia la montaña sagrada para hablar con el hombre que quiere destruir el reino de las hadas. Las niñas confían en que le convencerán para que no destruya el reino.

-¿Crees que lograremos que no destruya el reino?-preguntó Johanna.

-Por supuesto que lo lograremos, no te preocupes, confía en mí-dijo Alejandra.

Una vez llegaron a la montaña sagrada, tardaron dos días en llegar, se dirigieron a la cueva donde vivía el hombre.

-¿Quién anda ahí?-preguntó el hombre.

-Somos Alejandra y Johanna-contestaron las niñas.

-¿Qué queréis?-preguntó el hombre.

-Venimos de parte de la reina Titania, la reina de las hadas. Nos ha pedido que hablásemos con usted para que no destruya el reino de las hadas -contestaron las niñas.

-¿Os ha pedido ella que vinierais? -preguntó el hombre.

-Sí -contestaron las niñas.

-Por favor, no destruya el reino de las hadas, esa es la casa de las hadas, si la destruye ¿A dónde van a ir? -le suplicaron las niñas.

-¿Qué me daréis a cambio? -preguntó el hombre.

-El poder de la amistad, eso es lo que le daremos a cambio de que no destruya el reino de las hadas -contestaron las niñas.

-¿Seréis mis amigas?- preguntó el hombre.

-Sí, por supuesto -contestaron las niñas.

-Sabéis, nunca he tenido amigos- dijo el hombre.

-Nosotras tampoco -contestaron las niñas.

-Está bien, no lo destruiré – dijo el hombre.

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Bien!!!!!!!!!- Las niñas se pusieron muy contentas al saber que aquel hombre no iba a destruir el reino de las hadas. Emprendieron el camino de regreso al reino de las hadas y al llegar se dirigieron al castillo de la reina para darle la buena noticia.

-Titania, lo hemos logrado, lo hemos conseguido, el hombre no va a destruir el reino, tú y todas las hadas estáis a salvo -dijeron las niñas.

-Sabía que lo lograríais, hice bien en confiar en vosotras, bien hecho –dijo la reina.

Después de la fiesta que Titania les organizó para celebrar el regreso de las niñas, las niñas emprendieron el regreso a casa donde las esperaban sus padres para darles un abrazo.

Fin.

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