8 CLAVES PARA DECIR NO A TUS HIJOS

Establecer límites a los hijos es una manera de demostrarles amor y preocupación por su bienestar. Son importantes para lograr que un niño tenga claro lo que puede hacer o no en cada situación, a que aprenda cómo realizar lo que desea de la manera más adecuada y a integrarse en la sociedad y comprender las normas que rigen el mundo en el que vive para favorecer su adaptación y adecuado desarrollo emocional y social. Para ello, algunos pasos a seguir son los siguientes:

SER FIRMES

Se debe aplicar el límite con firmeza, con una voz segura, sin gritos y una mirada seria (no amenazante).

SER CLAROS

Las normas marcadas no han de ser excesivas (dos o tres como mucho), deben ser claras y realmente necesarias para no convertirlas en ineficaces. Así, se informa a los hijos de lo que se espera de ellos y en qué momento.

DEBEN FORMULARSE DE MANERA POSITIVA

Se trata de informar al niño de lo que hay que hacer, no de lo que no hay que hacer. Los niños también necesitan límites positivos para ayudarles a controlar sus emociones (Ej: “Cuando te enfades intenta decirme cómo te sientes sin gritarme”).

DAR EXPLICACIONES BREVES Y AJUSTADAS A LA EDAD DEL NIÑO

Cuando se entiende el motivo de una regla y se explica el por qué, es más probable que los niños se sientan más animados a obedecerla. Asimismo, hace que desarrollen valores internos de conducta o una conciencia de la misma.

OFRECER ALTERNATIVAS

De esta forma, le enseñamos que sus deseos son aceptables pero debe aprender a esperar y saber cuando algo resulta apropiado (Ej: No te puedo dar un helado antes de la cena pero sí después).

DESAPROBAR LA CONDUCTA, NO AL NIÑO

Es importante dejar claro que nuestra desaprobación está relacionada con el comportamiento del niño y no con su persona. Hay que decírselo con claridad y centrarnos en lo que queremos que haga o deje de hacer, no en la actitud o en la valía del niño (Ej: en lugar de decir “eres malo”, le decimos “no muerdas”).

CONTROLAR LAS EMOCIONES

Lo que hay que limitar es la conducta, no los sentimientos que la acompañan para que no afecten el respeto y la autoestima del niño.

SER CONSISTENTES

Los límites deben cumplirse siempre que las circunstancias sean las mismas y si cambian, deberían ser revisados. De lo contrario, puede generar confusión en el niño por no saber realmente lo que se espera de él. Las rutinas y las reglas en la familia deben ser constantes día tras día, independientemente de que uno esté cansado o indispuesto.

Extraido del artículo: NORMAS Y LÍMITES. Aprender a decir ¡no!

Cinthia Sánchez Pacha
Psicóloga
EQUIPO ILD PSICOLOGÍA

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